El poco inteligente se sale, por ahora, con las suyas. El Presidente Maduro ha logrado su objetivo principal consistente en distraer la atención de los grandes problemas por los que atraviesa Venezuela internamente, situación que podía causarle un revés electoral en las próximas elecciones.
Opinión:
Por Germán Calderón España.
Despertar el nacionalismo ha sido una vieja estrategia de figuras que con su ego mesiánico trasladan el hambre de los pueblos a una efervescente disputa, perfilando los resultados en las urnas hacia sus intereses personales o poniendo a las naciones, en su mayoría vecinas, al borde de una guerra.
Mientras los niños y niñas sufren las inclemencias de la miseria en la que sus familias quedaron, organismos que tienen en su génesis, en su desarrollo histórico y en su razón de existir, – como la Organización de Estados Americanos y UNASUR -, la obligatoria tarea de defender los pueblos y sus nacionales, desechan la aplicación de las herramientas Jurídicas idóneas del derecho público internacional, solamente porque les causa temor un gorila insensato, irracional e insensible.
Por esta razón, Colombia debe retirarse de estos organismos que no le aportan al desarrollo de la región y de sus naciones, y que por el contrario se han convertido en un generador de gastos y despilfarro de sus presupuestos, dineros que bien pueden destinarse, en momentos coyunturales como éste, a conjurar la crisis humanitaria originada por la intuición del monigote.
Ahora mismo utiliza la falacia para convertirse en un mártir con la supuesta orquestación de un atentado contra su vida desde Bogotá.
Por falta de decisión firme desde un principio, que podría cobijar una medida radical del cierre de las relaciones comerciales con ese país, se le ha permitido a Maduro coger ventaja y lograr su objetivo mediático nacionalista.
Es hora de hacer lo que se hace con quien ofende y no se cansa de humillar. Tomar la iniciativa y no dejar que cada vez que quiera sacar partido lo haga. No puede haber disculpa posible, porque como en el caso de La Paz, ésta va por buen camino y ad portas de un acuerdo definitivo.
Qué tristeza que a quienes la diversidad y el pluralismo les ha dado la oportunidad de llegar al poder, no lo ejerzan en los términos de la racionalidad, la cordura y la sabiduría, sino que se conviertan en los tiranos de su propio pueblo y de los demás.
(*) Abogado Constitucionalista.